Los magos trabajaban en solitario, guardando sus secretos. Para proteger sus trabajos de los ojos ‘‘ignorantes’’ utilizaban alfabetos secretos. Muchos de estos alfabetos son conocidos y utilizados hoy en día por magos, brujos y otros iniciados en ocultismo, pues ellos saben que una manera eficaz de dotar a un objeto de poder es concentrarse al máximo en el momento de escribir unas palabras determinadas sobre él.

No sólo la fe en la existencia del poder de estos objetos es absolutamente universal, sino que incluso los ritos de fabricación, las leyes de correspondencia, los signos e imágenes sagradas utilizados parecen pertenecer a un fondo común del que las diversas tradiciones van extrayendo los datos que emplean, apenas teñidos por sus propias formas mentales.

Las religiones pasan, ‘‘siempre encontramos los profetas de mercado que nos venden el mesías de turno, pero la ciencia de los nombres sagrados, de los signos, de los arquetipos y de las correspondencias permanece’’. Estos pueden olvidarse o perderse, pero el espíritu humano no ha cesado nunca de hallar otros sucedáneos, que por lo general son fetiches remotísimos, mascotas, pulseras de la felicidad, cifras ‘‘misteriosas’’, amuletos indígenas. El hombre tiene la imperiosa necesidad de protegerse contra las fuerzas ocultas y maléficas y de atraerse los fluidos benéficos; esto forma parte de su esencia; el ser humano es religioso y mágico en lo más profundo de sí mismo.
La fabricación de un talismán o pantáculo consiste en resumir de manera exacta, sobre un único objeto, los hechos, leyes y principios que corresponden a las idea-fuerzas que pretendemos transmitir al astral.

Lo primero que debemos conocer a la hora de confeccionar un talismán o un pantáculo son las tablas de correspondencia, colores, signos, planetas…

Pero ante todo una base sólida donde plasmar nuestra intención, o ser un ‘‘soporte talismánico’’, puede ser en papel pergamino, en metal (oro, plata, cobre), e incluso en madera o piel.

Ya hemos mencionado anteriormente que un pantáculo es un ritual materializado, y como en un ritual debemos concentrar la operatividad en un círculo. Por definición, esta figura supone un espacio limitado, una frontera que separa lo que está dentro de lo que está fuera, su función es simplemente fijar un límite material en el interior del cual se puede realizar la operación mágica.

En el caso del talismán o pantáculo, realizaremos dos círculos concéntricos, el exterior representa el macrocosmos y el interior el microcosmos, y entre los dos círculos grabaremos los nombres de las entidades angélicas invocadas en el trabajo, en el interior del talismán desarrollaremos la intención del deseo y la personificación en el caso del pantáculo. Debemos procurar no trabajar con varios planetas, signos zodiacales, elementos, etc., sino combinar las fuerzas con ayuda de las tablas de correspondencias. Ante todo debemos procurar que el conjunto quede estéticamente equilibrado evitando colocar todos los signos y nombres en una parte del pantáculo y el resto en blanco; procurar que el conjunto nos ofrezca una visión lo menos caótica posible.