Desde muy pronto las tradiciones se vieron en la necesidad de clasificar las fuerzas que nos influencian creando ‘‘tablas de correspondencias’’; astrológicas, de colores, de ángeles, de alfabetos mágico-planetarios, etc.

Estas tablas se utilizan tanto en la ‘‘magia de las velas y magia operativa, como en magia talismánica’’. Cuanto mayor sea el número de tablas que conozcamos, mayor será la posibilidad de maniobrar en magia. ‘‘Conocer es saber y saber es poder.’’

Jean-Albert Berlin, en su ‘‘Tratado de los talismanes’’ dice: "Finalmente, los sabios han dejado escrito que el Obrero del Talismán debe hallarse hasta tal punto concentrado en su fe, que sus pensamientos no se fijen en otra cosa que no sea su obra y el fin que persigue con ella… Si consideramos que el entendimiento del hombre se forma una imagen de las cosas, y que él mismo recibe esta imagen, al ser principio activo y pasivo a la vez de sus intelecciones, y el hombre, comprendió de toda la naturaleza, y por ello llamado ‘mundo en miniatura’ (microcosmos), puede recibir y recibe de hecho la influencia de los planetas, advertiremos que… si une su espíritu al planeta, se formará una imagen de tal planeta y… atraerá a la vez la influencia astral tanto sobre sí como sobre el material que utilice…".